Desde las llanuras calizas de Yuca tán hasta las frescas mesetas del Alto México,era forzoso atravesar malezas llenas de fiebre, serpientes, de alacranes, de insectos venenosos, malezas en las que el espíritu podía oscurecerse con miasmas compactos y la vista nublarse con nieblas sangrientas,para luego fucionar
los estilos e imponer a los arquitectos " las mas extravagantes fantasías " del orgullo teocrático mezclando laí
India primitiva con la Europa del Norte,y Asia con América, asemejando así sus momentos a amores de sus "mitologías ya confundidas y desfiguradas en el alma indómita de los antiguos profetas mexicanos. Nada podría expresar la inquietud abrasadora de estos pueblos, que sabían de astronomia, que habían dividido la epopeya humana en cuatro edades grandiosas, los astros del aire, del agua, de fuego y y tierra, la lucha contra el diluvio el frío, la lava y el hambre, que cantaban amores de volcanes, y adornaban desde lo alto de
sus terrazas al sol, padre profundo de la vida "...E. Faure." Tres animales:el jaguar, como símbolo de la
tierra y el poder;la serpiente, como el agua o la tiera, y el ave como el cielo son los principales adorados, a veces"combinadas sus anatomías y antropomorfizadas"., El hombre se identifica con el animal pues desea la fuerza de sus atributos.Esto ocurrió con el jaguar en varias culturas, Olmeca, Chavín, San Agustín. " Estos hombres se simboticaron con el animal "y lo vivieron como " alter ego .".. C. Sondereguer.. continuará.
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